Han pasado los partidos de ida de las dos competiciones en las que el Real Madrid tiene posibilidades de hacer algo importante esta temporada una vez sentenciada la Liga y los resultados no son los más favorable para sus intereses en ninguna de las dos Copas, en ambas empató a uno en su campo. En realidad la situación es la menos indicada para su idiosincracia durante la era Mourinho: Aquella en la que tiene que tomar la iniciativa.
Debe tomar la iniciativa cuando es un equipo eminentemente pensado para el contraataque y para ceder la posesión y que sufre lo indecible en cuanto tiene que hacer una ataque organizado y en estático. Es curioso que se tenga que jugar su futuro a contrapelo haciendo lo que se niega a hacer por sistema, eso que no entrena o que no sabe entrenar Mourinho que ha sistematizado, sin embargo, un contraataque letal, posiblemente el mejor del mundo. Es, por tanto, muy difícil que teniendo que renunciar a tus ideas y a lo que haces habitualmente pase alguna de las dos eliminatorias teniendo en cuenta a los rivales que son dos de los mejores clubes del mundo, líderes de sus ligas y con una trayectoria en esta temporada muy regular.
Quedar eliminado de las dos competiciones en el plazo de siete días sería un record, otro más, que batiría Mou, para un club como el Real Madrid acostumbrado a disputar desde Septiembre a Mayo estar ocioso en el mes de febrero sería algo nunca visto.
Eso al portugués le importa poco, sabe que está ante sus últimos meses como entrenador blanco, en mi opinión rumbo al Chelsea otra vez, y dice que si no gana su tercera "Shempions" con el Real Madrid la ganará en otro sitio. Mourinho le quita la emoción y valor a sus propios méritos, a pesar de que es un entrenador muy laureado con dos Champions League en su haber, lo que es muy difícil de conseguir, en su boca parece que ganar esta competición es un asunto sencillo que caerá por su propio peso a pesar de que el equipo en el que ahora presta sus servicios, el más laureado de la Historia con nueve trofeos lleva más de una década sin ganarla y sin ni siquiera jugar una final. Algunos le llamarán seguridad en él mismo, yo lo llamo presunción o directamente chulería.
Al final desde la indiferencia de un entrenador que es la máxima expresión de profesional (algunos lo llaman mercenario) que vino a cambiar el curso de la reciente historia del Real Madrid, que lleva diez años bajo la sombra del F.C. Barcelona, y al que muchos consideraban la pieza fundamental del Real Madrid de los próximos años para recuperar su hegemonía a pesar de lo cual no va a dejar ningún legado, el club (Y Florentino, con año electoral) está en manos de los jugadores y en concreto de Cristiano Ronaldo, el único de la plantilla blanca que esta temporada está a la altura de las expectativas y que lleva sosteniendo al equipo desde la vuelta de las vacaciones de Navidad con la gran actuación de cada día. Una vez más y como siempre en el Real Madrid un club de JUGADORES por mucho mesías que venga al banquillo.
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