jueves, 29 de agosto de 2013

F.C. BARCELONA: XAVI COMO SÍNTOMA.

El Barça ha ganado el primer título de la temporada de una forma poco habitual en los últimos tiempos: jugando a lo que quería el rival, un buen Atlético de Madrid, sin imponerse en ningún momento al mismo, sin tirar a puerta en un partido en el Camp Nou y con el Valdés como mejor jugador en los dos partidos.
El juego de ataque ha sido inexistente con alguna jugada episódica pero sin ninguna continuidad ni intensidad. Reiterando una vez más los errores del pasado.
Pocos jugadores han completado los cuatro partidos oficiales del F.C. Barcelona en este inicio de temporada. Inexplicablemente uno de ellos (excepto tres testimoniales minutos en la Ida de la Supercopa) ha sido el que tiene la misión de conducir ese juego de ataque: Xavi Hernández. Desde la temporada pasada el de Tarrasa da signos claros de agotamiento más mental que físico, después de 15 años en la máxima élite es normal. Pero en lugar de descansar, airearse y recuperar alguna de las gloriosas características que tuvo en su momento de mayor esplendor es utilizado por el Tata Martino, igual que la temporada pasada por Tito, sea el partido grande o chico. Nadie podrá recordar una aportación relevante de Xavi al juego del Barça en estos cuatro partidos porque no ha existido, se ha mostrado sin profundidad y sin dinamismo, como el equipo en general, y aún así parece imprescindible. Sin embargo su presuntos competidores Cesc, el jugador en mejor forma de la plantilla, e Iniesta han recibido descanso. 
El Tata desde su llegada va manteniendo jerarquías, ha quedado claro que Messi y Xavi son sus jefes, que después vienen los 12-13 jugadores que compartieron con ellos la mayoría de minutos en la temporada anterior más Neymar y después los meritorios a los que sístemáticamente se ignora: Tello es el quinto delantero haga lo que haga, a Bartra no se le convoca a pesar de que junto con Piqué es el único central puro activo de la plantilla, etc. Muy parecido a las que estableció Vilanova. Y eso es un problema. 
Lo primero que hizo Guardiola a su llegada como primer entrenador fue provocar un terremoto en el vestuario solicitando la salida de Ronaldinho, Deco y Eto´o, los tres  buques insignia de la plantilla que había caído en la desidia y que no era capaz de competir con los grandes de Europa. Destruyó la jerarquía existente y construyó otra nueva con jugadores que desde ese momento supieron que no había nadie imprescindible y que todos empezaban de cero por mucho que hubieran jugado y ganado, quizás el temor a un necesario reinicio fue uno de los factores que precipitó la marcha de Pep, algún día lo contará.  
Martino, sin embargo, ha optado por el tratamiento conservador y se ha entregado al status quo pretendiendo únicamente reactivar a unos jugadores a los que admira demasiado, a los que cuesta desairar con algún partido en el banquillo salvo negociación y posterior consenso con el interesado y que, en realidad, saben que nadie amenaza su puesto (y más en el caso concreto de Xavi con la marcha de Thiago). 
Tras ser humillados por el Bayern Piqué, diciendo lo que todos queríamos decir, manifestó que este año habría que tomar algún tipo de decisión. En lo que se refiere a algunos jugadores se están haciendo de rogar. Aunque solo sea una leve movimiento de tierras. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario