miércoles, 27 de noviembre de 2013

F.C. BARCELONA: EL BARÇA DE AHORA, EL BARÇA DE SIEMPRE.

El F.C. Barcelona se presentaba en sociedad en Amsterdam. Nunca había jugado allí en partido oficial ante el equipo que representaba el modelo original de lo que el Barça quería ser y que ahora mira al propio Barça. Para dicha presentación el Barça eligió mostrar todos los problemas que arrastra en el 2013 y un poquito de lo que siempre le ha caracterizado. Y que le han llevado en esta edición de la Champions League a empatar en Milán y perder contra el Ajax, dos de las viejas glorias más decadentes del panorama europeo.
En la primera parte un equipo que formaba con seis campeones del mundo y sus fichajes más lujosos de los últimos años recibió un baño del Ajax que incluyó hasta el robo de la posesión de la pelota a pesar de que en el campo estaban Xavi, Iniesta y Cesc juntos. La culpa fue de la intensidad o más bien de su falta. El mayor mal que aqueja al equipo y que lo convierte en inofensivo en ataque (dos tiros a puerta en todo el partido) e inoperante en defensa. Martino puede buscar por el lado de la presión o por el lado de la posesión para solucionar los problemas que hacen al equipo tan vulnerable, pero la realidad es que estos jugadores necesitan desde hace 11 meses una reactivación mental que le haga salir al campo con otra actitud. 

En la segunda parte con un gol a favor regalado por los holandeses que jugaban con uno menos se dio cuenta de la incapacidad del equipo para hacer ocasiones ante defensas cerradas. Solo Neymar disparó entre los tres palos en jugada a pesar de la inferioridad del rival. Este Barça que prefiere el campo abierto, como demostraron los dos goles en jugada ante el Granada, no sabe qué hacer o cómo hacerlo cuando 10 jugadores rivales están en su área.
Esto lleva al eterno retorno del debate del 9 para desatascar estos partidos, debate del que se habla pero al que no se encuentra solución, y a que como desde hace 30 años, desde Cruyff, se recurra a la solución de poner a Piqué a lo Alexanco. Hay cosas que ni el Tata Martino puede cambiar y menos en la cuna del Profeta del gol.

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