martes, 7 de enero de 2014

DI MARIA: LA BALADA DEL SOLDADO EJEMPLAR.

Las cosas cambian en el mundo del fútbol a la velocidad del rayo. Hace unos meses, en septiembre, Ángel Di Maria era el soldado ejemplar. Que venía Bale, daba igual, él no tenía miedo, se quedaba a competir porque era un profesional seguro de su valía, según sus entrenadores era un jugador importante, tranquilo y contento. La prensa se apresuró a comparar su actitud con la de Ozil, incluso la "piedra angular" del proyecto deportivo blanco lo hizo. El alemán no levantó la voz ante la llegada del galés que venía con la titularidad asegurada y que hacía imposible jugar en el once inicial con continuidad, además trajo un montón de millones y se marchó. El Real Madrid ganó y él también, como se ve poco profesional. En el Arsenal tiene un ecosistema más favorable para sus aspiraciones. Fue tachado de cobarde y de escaso espíritu competitivo y Di María ensalzado por la prensa de mirada corta.

Era cuestión de tiempo que alguno de los jugadores del frente de ataque del Real Madrid explotase y Di María tenía muchísimas papeletas porque su posición era la más débil. Año de Mundial, intereses desbocados de los jugadores para ganarse no sólo el puesto en su club sino además entre los 23 elegidos de su equipo nacional. Y además la presión no solo por delante de Bale sino por detrás de Jesé. Ancelotti, en uno de sus cálculos políticos, dejó pasar la ola buena de Morata en favor de Benzemá. No hará lo mismo con el canario que estaría cómodo con el rol de jugador número doce que se está ganando a pulso y que en principio correspondía al Fideo. Además un jugador de la cantera es apetecible para cierta prensa que con dos goles y una asistencia reclaman su titularidad indiscutible...
Así que, en diciembre, se empezó a decir que Di María se tocaba metafóricamente los cojones en el campo hasta que ayer se los tocó literalmente. El soldado ejemplar ha caído en desgracia. Todo, como ya sabían los menos cándidos, era una cuestión de cálculo del argentino y de su entrenador italiano, aunque las cuentas de ninguno de los dos podían salir bien, el jugador no podía continuar tranquilo y contento, ningún jugador de su nivel lo podría hacer en el banquillo y el italiano no puede mantener ciertas situaciones ante el empuje de la mercadotecnia y de la juventud. 
Espero que los inocentes hayan aprendido que en el deporte del siglo XXI solo hay Héroes de alquiler, mientras a todas las partes les interese.

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