jueves, 23 de enero de 2014

ROSELL: LA NOCHE MÁS OSCURA.

Algunos pensábamos que el fichaje de Neymar era innecesario y bastante alejado de lo realmente imprescindible para que el Barça abandonara esa imagen decadente de la segunda mitad de la pasada temporada, es decir que más bien la llegada del brasileño actuaba a modo de fuegos artificiales para distraer al personal y pasar mejor el mal sabor de boca que dejó el correctivo alemán en la Champions. Rosell, sin embargo, pensó que era la mejor forma de reactivar a un equipo campeón de todo y a la principal estrella planetaria era fichar a un joven con un talento todavía por calibrar en Europa. 
Algunos pensábamos que el fichaje de Neymar podía ser un gran petardazo deportivo y una bomba de relojería en el vestuario. A mitad de temporada lo primero está descartado, como está descartado que en un par de años el brasileño marque efectivamente las diferencias en unas competiciones que se le están haciendo un poco cuesta arriba y de lo segundo, por ahora, no hay noticias ya que Neymar optó por cortarse la cresta, tanto la real como la virtual, para convivir con Messi.
Lo que nadie pensaba es que el fichaje de Neymar supondría la caída de Rosell, por su empeño en hacerse con sus servicios a cualquier precio.
Al mismo tiempo no debía desairar a Messi pagando a otro futbolista más que a él. Un difícil equilibrio imposible de mantener sin opacidad y demasiada ingeniería financiera. No creo que exista otra finalidad en el marasmo de contratos que se tuvieron que hacer para pagar el traspaso y la prima de traspaso del brasileño.
Sandrusco, como le llamaba Laporta en sus días de vino y rosas, ha vivido varios años al borde del abismo por sus gestiones en Brasil cuando era el jefe de una conocida marca deportiva en el país sudamericano. Hasta ahora eran asuntos que sólo le incumbían en su faceta profesional y no al Presidente del Fútbol Club Barcelona y se podía sobrellevar.
Después de la admisión a trámite de la querella de un socio interesado en saber cuánto realmente ha costado Neymar por el Juez Ruz la dimisión era la única salida junto con el total esclarecimiento del caso Neymar, aún respetando su presunción de inocencia. Un Presidente del Barça no puede esperar a ser imputado, aferrarse al sillón y someter al club a unos test de stress imposibles de superar y que, aún ahora, lo tendrá mucho más difícil para culminar una temporada con títulos con todo este tsunami y deberá afrontar grandes incógnitas en la siguiente.
Al final Rosell se ha quemado con sus fuegos artificiales en su noche más oscura, pero al final de un mandato entre manifiestamente mejorable ha actuado, adornando la realidad, como debía: dimitiendo. No todos lo pueden decir.

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